lunes, 9 de julio de 2007

EL CAJON


Hay un cajón secreto en nosotros que tememos abrir. En él yacen las pruebas, desordenadas, de que un día nos conturbó algún sentimiento o pasión hasta extremos insospechados. Todos tenemos un álbum de placeres y agravios, de dudas y certezas.

Ahora abramos el cajón, sin miedo. Dejemos que el contenido se derrame. Elijamos el momento clave, ese breve instante en que se paró el tiempo (o transcurrió demasiado deprisa). Esa sensación que cegó el entendimiento… Un escalofrío…

Elijamos, pero no para descansar en el pasado, no para recompensarnos con una mirada al calor ya extinguido, sino para resucitarlo…o es más todavía…para revivirlo.

Reconstruyamos el misterio, nuestro misterio, así aprenderemos a dejar de dudar y agradecer el presente, a asirnos con fuerza al futuro y a ostentarlo ante nuestros ojos...Sin temor, pues la cadena más acerada e inquebrantable es la que nuestro propio yo nos echa al cuello. Porque de lo que huimos y por lo que suspiramos va dentro de nosotros y, a veces, supone un equipaje demasiado pesado para viajar con él. No es necesario cambiar aquello que se ve y se teme, sino la forma en que lo vemos.

Estoy en el presente. Mis días de ayer me han traído hasta aquí, ahora. No sé si se hace camino al andar, o es el camino el que nos hace. Sé que hay que renunciar al camino ya andado, nos sea fácil o no. Hay que recordar que no progresas mejorando lo que ya está hecho, sino esforzándote por logar lo que aún queda por hacer…Nadie puede volverse por el camino ya recorrido.

Tampoco hay que vivir el mañana, ya que la oportunidad se presenta tarde y se marcha pronto, y puede que mientras decidamos escape la ocasión, pues ésta es como el hierro: se ha de machacar caliente.

Todo se realiza aquí y ahora, y es seguro que haríamos muchas más cosas en el momento presente si creyésemos que son muchas menos las imposibles…Creer algo es hacerlo cierto…